Jordi Ambrosio: diferencia entre pasión e interés
Lo que sentía era curiosidad por las pequeñas
cosas…
- ¡Toma! ¡Un escarabajo!
Jordi, un niño inquieto
de seis años, acababa de encontrar un nuevo espécimen para su colección.
Observaba con mucha atención las formas redondeadas, el número de patas, las
alas, el tono verdoso y la textura metalizada del coleóptero. Seguía el mismo
protocolo siempre que encontraba algún insecto. Eso le ayudaba a entender qué
hacía que un animal fuese lo que es.
A su corta edad, Jordi
Ambrosio ya había dibujado a todos los patos y conejos que residían en su
gallinero. No contento con esto y su colección de insectos, el pequeño pronto
comenzó a indagar sobre otras especies en libros ilustrados de animales. En
ellos se reunían dibujos de especies que ni siquiera conocía. Destacaba entre
esos álbumes un Atlas ilustrado de animales domésticos. Jordi no era
consciente, pero en aquél entonces empezaba a descubrir el campo de la
ilustración científica.

Como a muchos adolescentes
de su entorno, le llegó la hora de escoger qué carrera universitaria estudiar.
Dado el comienzo de esta historia, queridos lectores, pensaréis que se decantó
por algo como Bellas Artes o Diseño Gráfico, pero os equivocáis. En el 2009
salió de la Universidad Politécnica de Barcelona trabajando en informática. Y
no, no hizo un Postgrado de Ilustración ni nada parecido.
¡Fue autodidacta! Jordi
volvió irremediablemente a dibujar por su cuenta. Decidió que era hora de
invertir tiempo en su verdadera vocación, y por eso recuperó sus lápices.
Aprendió a manejar el carboncillo, el pastel, la pintura, el arte digital y el
3D.
Bajo el pseudónimo de
“AmBrO”, Jordi fue realizando exposiciones y encargos privados, como diseños
para libros, tatuajes e incluso videojuegos – con lo que hay que programar en
éstos últimos, se puede decir que la carrera le vino muy bien –. Como vemos, no
rechaza otras técnicas y medios, pero sus creaciones están especializadas en el
campo artístico, el realismo y la naturaleza.
Con el interés por la
ilustración científica como pasaporte, Jordi acabó topándose con el ciclo de
actividades “Yo Ilustro la Ciencia”. Este proyecto le pareció un auténtico
acierto, y muy necesario para unir a diferentes personas con su misma pasión:
- Creo que hay mucha gente
buscando inspiración y una plataforma donde se les dé voz y puedan conocer el
dibujo y la ciencia. Un lugar para satisfacer ese interés. De hecho, me
sorprende que no se conozcan más iniciativas relacionadas con este campo. Creo
que no hay razón para pensar que “Yo Ilustro la Ciencia” no te abra puertas.
Llegado el 14 de noviembre de 2016, Jordi
inauguraba su exposición naturalista en la libreria “Horitzons” de Barcelona. Su
exposición ha tenido muy buena acogida:
- Es muy gratificante recibir comentarios y
“feedback” de personas que no conoces pero reconocen que al ver tus dibujos o
asistir a alguna charla les has aportado un “algo”. Por poco que sea, ese nexo
común te une a ellas. En cuanto a Illustraciencia, solo puedo agradecer el gran
esfuerzo de difusión y fomento de la participación cultural que realiza.
Según el artista,
psicológicamente entendemos, decidimos y actuamos basándonos en nuestras
emociones. El dibujo impacta, nos emociona y nos ayuda a comprender lo
representado de forma más eficaz que una descripción o un informe. Somos
pensadores visuales. Por algo se dice que una imagen vale más que mil palabras.
- No me gustaría vivir en
una sociedad que desprecia algunos de sus pilares.
Jordi defiende que, normalmente,
las sociedades que más aportan a la humanidad son valoradas por lo bien que
tratan a su ciencia y su arte.
- Desafortunadamente, la nuestra aún tiene un
largo camino por recorrer. Pero lo bonito es que en esta encrucijada vamos a
ser nosotros los que, individualmente, tengamos la oportunidad de decidir. Si
no queremos que el tiempo nos recuerde como las generaciones que se olvidaron
de esos pilares, debemos apoyarlos, respetarlos y valorarlos.
Según Jordi, el gran objetivo es acercar la
ilustración científica a todo el mundo, tanto a los más pequeños –
imprescindible – como a los adultos que olvidan la curiosidad por las pequeñas
cosas, como aquél Atlas ilustrado de animales domésticos que aún pulula por la
casa de uno:
- No tendremos mejor oportunidad de afrontar este
desafío. Puede que sea lo que el futuro requiera de nosotros.
*El ciclo de Actividades "Yo Ilustro la Ciencia" ha sido organizado por la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) y patrocinado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO).