Modelado 3D: entre el vector y el píxel

En el modelado 3D se aúnan el dibujo vectorial, para definir el volumen del objeto y manipularlo sin perder calidad de imagen, y la imagen ráster, para añadir realismo mediante colores y texturas, brillos... Además, introduce la visualización tridimensional del objeto y la posibilidad de animarlo.

Para crear un modelo 3D, lo primero es dibujar una superficie vectorial. Puede hacerse mediante escáneres 3D si se necesita una exactitud y precisión científicas. También puede hacerse manualmente a partir de bocetos 2D con varias vistas (frontal, perfil, desde arriba…). Este método, aunque más inexacto, permite priorizar detalles y descartar datos irrelevantes. Comenzaríamos creando formas simples (cubos, esferas, cilindros), y las deformaríamos para generar modelos orgánicos. Por último, a veces se usan las dos opciones simultáneamente, como en el caso del paleoarte.

Evan Matthew Boucher, en su tesis Digital Paleoart: Reconstruction and Restoration from Laser- Scanner Fossils, comienza digitalizando las fuentes fósiles y modelando todas las piezas que falten del esqueleto. Para la musculatura, recurre a la anatomía comparada  con análogos modernos de la especie extinta. La animación por ordenador facilita la simulación de los sistemas de comportamiento y locomoción del organismo. La reconstrucción facial forense y el mundo microscópico también se han beneficiado de este método.
Fuente: Cabezas L, López I, Olivier JC, Campos R, Barbero M. Dibujo Científico: arte y naturaleza, ilustración científica, infografía, esquemática. Dibujo y Profesión 4. Ed Cátedra, 2016, Madrid.