El animal más fuerte del mundo sobre papel: cómo fue ilustrar al escarabajo Hércules

IllustraPOST de Luis Bartolomé Redondo

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Me llamo Luis Bertolomé, soy un artista emergente de Madrid que, tras acabar los estudios en Diseño Gráfico e Ilustración, encontré mi pasión por la ilustración científica. Obtuve la Mención de Honor en el concurso de ilustración científica 2020 de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, siendo la portada de la revista Encuentros en la Biología. Vol XIV. No 177. 2021. Además de la ilustración científica, me gusta experimentar con diferentes estilos, destacando también en ilustración editorial y diseño gráfico.

Para la edición de Illustraciencia 9, opté por ilustrar al coleóptero Dynastes hercules, comúnmente conocido como escarabajo Hércules, en la lámina incluí su dimorfismo, evolución y el detalle de la cabeza que tanto le caracteriza. La elección de esta especie se debe a un vínculo muy especial que tengo desde siempre con los escarabajos y a la admiración hacia su anatomía tan resistente y bella. Además, supone un reto para mí ya que, pese a no ser un animal aparentemente complejo, podemos observar diferentes texturas y detalles en una especie de tan solo 15 centímetros.

Cuando comencé a documentarme sobre el Dynastes hercules traté de encontrar referencias que hiciesen justicia a las verdaderas características de la especie para así poder hacer la ilustración más veraz. Recurrí a enciclopedias, videos e imágenes que pudieran explicarme todas sus cualidades y mostrarme con detalle su anatomía y sus colores a la perfección.

En relación a las técnicas que utilicé, soy un apasionado de la ilustración digital porque creo que se pueden hacer grandes cosas y alcanzar un alto nivel de detalle, por lo que recurrí a Photoshop para este trabajo en lugar de optar por las técnicas tradicionales.

Aplicación de los colores base sobre el boceto

Los retos más destacables que me encontré durante el proceso creativo fueron:
  • En primer lugar, la desinformación. Al ser una especie tan pequeña y tan inaccesible, las imágenes que solía encontrar eran o de pésima calidad o del animal disecado donde, como es lógico, pierde su apariencia original y se atenúan sus colores. Además, fue complejo encontrar imágenes con las alas desplegadas que me permitiesen observar con detalle las características de su abdomen.
  • Debido a la poca presencia y atractivo visual del animal, era consiente de que debía ser mucho más preciso a la hora de plasmar todos y cada uno de sus detalles para así poder reflejar su verdadero potencial y darle visibilidad.
  • Por último, el reto al que me enfrento cada día: salir de mi zona de confort probando nuevas texturas y dibujando anatomías diferentes para así acercar cada vez más las ilustraciones a la realidad.
Si tuviese que aconsejar a aquellos que quieren iniciarse en el mundo de la ilustración científica, les diría que esto es un proceso que requiere mucha paciencia y práctica. Por eso es fundamental, a parte de una buena documentación sobre la especie, dedicarle tiempo y cariño al trabajo para poder ir viendo resultados. Para ello les recomendaría que no se aten a proyectos ya empezados que les supongan un quebradero de cabeza. A veces es mejor volver a empezar y retomar el proyecto desde otra perspectiva.

Es un honor para mí poder estar entre los finalistas del concurso ya que supone el reconocimiento de un gran esfuerzo e implicación y me otorga el privilegio de darme a conocer en el mundo de la Ilustración Científica gracias a su repercusión a nivel internacional. Es una de los premios más importantes y con mayor proyección, por lo que me siento tremendamente agradecido de tener la oportunidad de ayudar a divulgar este estilo que no está tan presente en el mundo de la ilustración.

Bocetos iniciales de la evolución de la especie